lunes, 13 de mayo de 2013

Metáforas que marcan de por vida



Las ciencias sociales parten de una metáfora. Muchas veces las metáforas indican imágenes que no logran atraparlas completamente. Hay niveles de metáforas como las que se expresan en un poema, en las relaciones cara a cara, en el leguaje cotidiano. Hay metáforas que buscan explicar elementos indecibles y o netamente sin posibilidades de comprobación, tales como la religión o las elucubraciones que la filosofía hace con respecto a la ontología. Como sea, las metáforas hacen clara la diferencia entre el lenguaje y la realidad que describen.
¿Qué tipo de conocimiento se debe tener como base para hacer una reflexión acerca de la humanidad? ¿Qué tipo de información debe contener la metáfora que haga loable una determinada explicación acerca de la sociedad y su realidad? ¿Dilucidar sobre el origen de la especie humana, en realidad, es algo que los científicos sociales debemos tener como dado?
En la historia de la humanidad se han planteado varias formas para explicar el entorno, la ciencia se inscribe en esta articulación de conceptos que dotan de significado y sentido a la realidad. Quien posea la versión más aceptada del origen de nuestra actualidad tendrá, entonces, una fuerza ante el mundo impresionante. Tener segura la fuerza de la credibilidad y los argumentos suficientes para indicar el camino que enarbola “lo que se piensa que fue” acerca de “lo que fue”, hace posible convencer acerca del presente y de lo que está siendo, de lo que se supone será. Quien tenga la versión más aceptada tendrá el poder de imponer lo que se establecerá como saber.
Un día comenzaron las cosas justo cuando salía el sol. Y se plantea la observación de los astros como referente social, como indicadores del designios de las fuerzas divinas y el mundo de esa sociedad se regía en armonía con los hacedores de la vida. Otro versión. Suponer que las sociedades son la suma de los individuos que deciden libremente juntarse entorno a una comunidad presupone el desarrollo de teorías sociales inscritas bajo una línea iusnaturalista, de índole contractualista.
Comprender a la sociedad como un artificio construido voluntariamente por los hombres contiene una serie de implicaciones epistemológicas, ontológicas y metodológicas que se expresan en el resultado de las investigaciones. Luego, cuando se plantea que la sociedad existe antes que el mismo ser humano, no sólo se le está dando un giro a la propuesta contractualista sino que también derrumba gran parte de los saberes establecidos por ellos. Es plantear que el ser humano se forma en la convivencia y, podría comprenderse, que el pensamiento es un ejercicio social más que individual.
Me parece que cuestiones tales como el origen, la unidad de vida, y la verdad son temas que en todo discurso se presentan. El origen, como pregunta ontológica muchas veces recae sobre la idea con que se estructuran como sociedad y sus vínculos con seres divinos. La unidad de vida se refiere a la concepción del tiempo en la vida de un ser humano individual ¿Cuándo empieza y acaba la vida? Luego entonces la verdad como la expresión de un discurso que se construye como un marco valorativo que guía el actuar de los seres humanos. El matiz con que cada una de las culturas resuelve, sobre estos temas, tiene implicaciones en la organización de la estructura social.
En este sentido, cabe la posibilidad de que las ciencias sociales participan dentro de la conformación de lo que, en el presente, consideramos como verdad. La ciencia como esa parte activa que otorga los mecanismos infalibles para evitar la sustitución de la razón como eje motriz del pensamiento humano, tal como lo fue el dedo de dios. El estudio de las ciencias sociales no debe ser comprendido lejos de estas reflexiones, pues,  situar los principios de las ciencias sociales como una metáfora puede ser comprendida como una argucia con el poder de descalificar toda pretensión de validez..
Eufemio Franco Pimentel
17 de septiembre 07

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